20 dic 2008

Sendra en el Museo de los Niños

Un universo de creatividad
"Los inventos de Matías" expone objetos como la "pianocicleta" o un equipo de mate para buzos. El dibujante y humorista cuenta cómo y por qué los hizo. Por: Laura Gentile


Después de salir de esa muestra a uno le quedan ganas de hacer algo", asegura el dibujante Sendra en referencia a la exposición Los inventos de Matías -el famoso personaje de Yo Matías, la tira diaria de la contratapa de Clarín-, que puede verse en el Museo de los Niños Abasto. Una muestra que fue montada por primera vez ocho años atrás, y hoy vuelve.

Unos anteojos con patillas de chupetines "para gente que mientras piensa se chupa las patillas de los anteojos", un equipo de mate y pava herméticos "para que los buzos puedan tomar algo mientras trabajan", "El calcufingers", "para cálculos sencillos que se puedan hacer con los dedos", "La Pianocicleta", una bicicleta con piano incorporado. La sala de exposiciones del museo se puebla de objetos preciosos, como minichistes corporizados.

Sentado en un sillón de su estudio, Sendra explica el origen de la muestra: "cada tanto yo publicaba los inventos en la sección de la revista Viva 'El ombligo observador'", recuerda. Después le propusieron hacerlos como objetos. La realización estuvo a cargo del talentoso ilustrador Claudio "Pipi" Spósito.

Pero una vez que tuvieron los objetos realizados, Sendra notó que debía armarles una base. "Tenía que ser algo coherente con la personalidad de Matías y que tuvieran un costo razonable -explica-, entonces se me ocurrió ponerlos sobre otros objetos que pudieran ser extraídos del desván de la abuela, ahí empezó a jugar esa cosa más escenográfica que hay en la muestra". Alacenas antiguas, una cocina fileteada, delicadas carpetitas.

"Por ejemplo -cuenta-, a la estación yo le fui agregando un farol, un arbolito, las valijas. Mirá -dice mientras se para y busca algo en un estante-, las valijitas las hice con esto". Entonces pone ante la vista una caja mínima. "Sólo le agregué una manijita, no sabés lo que me divertí con esta muestra".

Una de los aspectos que rescata de la exposición es la posibilidad de concebir el invento como una especulación puramente creativa, sin un fin práctico. "Transmitir las ganas y el placer de experimentar, probar, crear y, sobretodo, jugar", explica y comparte un recuerdo de su propia infancia: "Cuando era chico me encantaban las chicas pecosas y me parecía un disparate que no todas tuvieran pecas, entonces inventé una máscara para hacer pecas, había que ponérsela y tomar sol".

En la muestra figuran, también, muchos de los bocetos de los inventos: "Siempre digo que todos los proyectos de la humanidad empezaron con papel y lápiz". Tanto, que para entender su casa se le ocurrió hacer un mapa en el que cada ambiente lleva el nombre de un barrio, el pasillo central es la Avenida Lugones.

Es cierto que algunos de los inventos remiten a temas propios de adultos, no son específicamente para chicos, como la propia tira de Yo Matías. "Yo trato de hacer las cosas para que se entiendan -explica-. Creo que, dentro de lo que es el diario, Yo Matías es el lugar más amable para que entre un chico". Sendra lo ve como una especie de escalón donde los chicos empiezan a pispear el mundo de los grandes y los grandes se acuerdan de cuando eran chicos.

Y hay algo más que Sendra destaca de la muestra: "Lo que me gusta de esta exposición -asegura- es que Matías no está, no aparece por ningún lado y sin embargo existe como una especie de espíritu, están sus huellas, la idea es que pudo haber estado ahí un instante atrás, que pasó por ahí, eso lo hace más creíble".

Fuente: Clarin.com

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