16 mar 2010

¿Tenés las de Oesterheld y Pratt?

"FIERRO" lanza el primer album de figuritas de la Historieta Argentina
Por Lautaro Ortiz. Publicado en Página/12 el 12/03/2010

El homenaje a editores, guionistas, autores, humoristas gráficos y dibujantes, titulado “Chapitas de Fierro”, es un coleccionable de 90 figus cuya primera entrega será con el ejemplar que mañana se publicará junto a Página/12.


Hay quienes aspiran a ganar guita, a ser reconocidos, a tener fama o gloria. Yo creo que uno de los destinos más envidiables es salir en las figuritas”, confiesa Juan Sasturain en el prólogo del número 41 de la revista Fierro que mañana saldrá a la calle junto con Página/12. Y sus palabras tienen una razón: el lanzamiento del primer álbum de figuritas de la historieta argentina, bautizado con el nombre de “Chapitas de Fierro”, una de las mejores formas –acaso, el mejor homenaje– de contar la larga historia del arte de las viñetas. Es que “Chapitas de Fierro” no sólo es un coleccionable de 90 figuritas, redondas y cuadradas, donde se podrán ver más de 100 rostros de autores, guionistas, dibujantes de historieta, humoristas gráficos y editores, desde los comienzos del siglo XIX hasta los años ’80, sino una manera de acercarse a la tradición evitando los mamotretos teóricos y las páginas enciclopédicas. Con “Chapitas de Fierro”, un gran collage que reúne toda la iconografía gráfica nacional, la tradición del dibujo está intacta.

El álbum consta de ocho páginas divididas en diversas secciones. Entre los “editores” están García Ferré, Ramón Columba, Daniel Divinsky, Dante Quinterno, Alberto Cognini, Alfredo Scutti y Juan Sasturain. Para los “pioneros” del dibujo argentino se ha seleccionado a Arturo Laneri, Manuel Redondo, Gonzalo Fossat y Arístides Rechian. En cuanto a los “maestros de la risa”, figuran, entre otros, Quino, Tabaré, Caloi, Rep, Mordillo, Fontanarrosa y Crist. Hay espacio para los grandes tapistas como Chichoni (Fierro) Pereyra (Frontera) y De la María (Columba); un lugar para “los maestros” como José Luis Salinas, Héctor Oesterheld, Hugo Pratt y Alberto Breccia; y no faltan las “plumas célebres” como Carlos Sampayo, Carlos Trillo, Guillermo Saccomanno, Carlos Albic y Leonardo Wadel. El álbum incluye además una doble página central con una Selección de la Historieta Nacional y una Selección del Humor Nacional.

“Chapitas de Fierro” fue concebido a partir de una simple pregunta: ¿Cuál es la mejor manera de contar la historia de la historieta argentina? “Sin dudas, ésta es una de las mejores”, responde el diseñador y editor de la colección, el dibujante Diego Parés. “Porque ante todo es una muestra de cariño a los autores de historieta. Me emociona que un tipo como Domingo Mandrafina tenga en su mano la capacidad para hacer lo que hace. Es un tipo común, que va por la calle sin que nadie sepa que tiene ese don, esa capacidad: es como un superhéroe de civil. Digo esto porque la nuestra es una profesión donde, salvo algunas excepciones, los autores somos rostros anónimos. Cuando era pibe, cada vez que encontraba la foto de alguno me alegraba saber finalmente quién era el que dibujaba eso que yo leía. Este álbum es el trabajo de un fan de esta profesión.”

–Un punto interesante en el trabajo es la selección de autores. Están los clásicos, pero también los olvidados como Martha Barnes o Arístides Rechain...

–Intenté que fuera el álbum de Fierro, no mi álbum. Esa fue la propuesta que se me hizo desde la revista y la respeté. Si hubiera sido por mí, habría hecho un poster desplegable de Podetti y Fayó. Trabajé con la tradición de la historieta, incluso metí a autores que no conocía, como el italiano Ivo Pavone, que trabajó mucho tiempo en el país. A Martha Barnes la descubrí haciendo el álbum y me pareció formidable incluirla porque escaseaban las mujeres en el álbum. Debió haber estado Gisella Dester, la ayudante de Hugo Pratt. Y la presencia de Aristides Rechain fue una mención de Lucas Nine, yo no lo conocía.

–Toda selección implica un recorte ideológico, un camino que el encargado de la selección debe tomar. ¿Cómo fue en su caso?

–Soy un lector y un dibujante, no un historiador ni un coleccionista, así que seleccioné lo que creí mejor. Me di el gusto de meter alguna gente de la editorial Columba. Sucede que fui educado en la tradición más progre, como buen niño de clase media, y en las revistas que leía siempre se despreció a Editorial Columba. Pero viendo, por ejemplo, el “Gilgamesh” de Lucho Olivera me caí de culo de lo bueno que era. Así que dejé de lado toda esa cuestión medio elitista y busqué información. Por ejemplo me enteré de que Robin Wood había ganado el famoso premio Yellow Kid. ¡Robin Wood, el guionista de los cabecitas negras ganó un Yellow Kid! Pensaba que ese premio era sólo para los autores con otro vuelo. Me da gusto que estén todos, Columba, Skorpio, Fierro, todos hermanados en esto que es una profesión hermosa. Y, por otro lado, hubo mucha, muchísima gente que quedó afuera. Miremos el vaso medio vacío y hagamos la lista. Es interminable. Cualquier tipo de los de antes, de los laburantes, que haya hecho más de 500 páginas, debería haber estado. No está Sergio Langer, que empezó a hacer historietas más tarde, y es un garrón que no esté. Por eso el álbum termina cronológicamente con Rep y hay un espacio para la Fierro de los ’80, lógicamente. Este tope temporal fue establecido para no meternos en el quilombo de elegir entre los amigos. Ya habrá tiempo para nosotros.

–¿Cómo será el trabajo de la ilustración de las figuritas, en el que te acompañan los dibujantes Souto, Scalerandi y Soto?

–Van a salir tandas de 20 o 25 por número, repartidas en cuatro páginas para recortar. Saldrán junto al suplemento “Picado Fino”. Souto, Scalerandi, Soto y yo haremos un cuarto de figuritas cada uno. Los tres dibujantes que me acompañan en este proyecto son increíbles artistas, son tres apasionados del dibujo.

–¿Por qué se optó por un fuerte realismo como estilo para las figuritas?

–¡Crumb! A mí me gustan las figuritas del blues y el jazz que hizo Robert Crumb, ese realismo un poco exagerado. Un realismo intencionado, no un hiperrealismo. De ahí viene la decisión. Igual, cada uno de los cuatro haremos el trabajo según el estilo personal de cada uno.

–Hoy muchos medios apuestan al rescate de la historieta argentina. ¿Qué completa este álbum en este contexto?

–No sé. Este álbum es, sobre todo, un gusto que uno se da. No tiene mayor trascendencia que ésa y es lo importante. Es cosa de fans: como no hay un álbum de figuritas de la historieta, bueno, lo hacemos nosotros.